Hace unos días, tuvimos una discusión con profesionales de la venta, en la cual apareció el tema de si en algunas ocasiones merece la pena seguir con un cliente o mejor buscar a otro, cuando parece que hay poco a ganar y bastante tiempo en dedicarle.
A mi modo de entender la venta, el mejor cliente que te puedes encontrar, es el que tienes delante tuyo y que ha mostrado cierto interés en tu producto o servicio. No debes (o al menos eso creo yo) menospreciar o minusvalorar la capacidad de negocio que te puede proporcionar a quien tienes delante.
He oído comentar en muchas ocasiones a compañeros de profesión cosas como que, no vale la pena seguir con este, este sólo quiere hacerme perder el tiempo o por lo que voy a ganar, no quiero perder más tiempo. A mí no me gusta nada que un comercial tome estas actitudes ante un cliente. No es que vaya a decirle alguna cosa que pueda molestar (que podría ser) más que nada, es porque no nos esforzaremos a hacer bien nuestro trabajo y eso nos hace volver mediocres. Si veo alguna posibilidad por pequeña que sea y aún cuando el negocio sea pequeño, voy a por todas.
Debemos tener en cuenta, que el futuro no existe y que pensar que el próximo cliente puede ser más interesante que el que tengo delante, nos puede llevar a una espiral de desvarío, que nos hará fracasar y si os paráis a pensar un instante, encontrar a alguién que muestre cierto interés por aquello que nosotros ofrecemos, ya debería ser motivo suficiente, para poner toda nuestra capacidad y recursos para inetntar cerrar un trato. Que luego sale el intento rana, pues nada, a por otro y ten por seguro que lo hay y lo encontrarás.
Sobre el autor del artículo
Ll. Bosch
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