Una de las cosas que se dijeron en el Kick-off de Vodafone y que me resultó muy interesante (sobretodo tratándose de una empresa eminentemente tecnológica que está en constante innovación y evolución en sus servicios) fue el hecho de que ellos entienden que para fidelizar a un cliente, hay que desarrollarlo y evolucionar junto con las necesidades que va teniendo el cliente.
Eso mismo llevado al mundo comercial «normal» nos puede servir mucho. Hay dos tipos de empresas a mi entender. Las que ven a su cliente, como alguien para intentar sangrar a base de ofrecerle cosas que muchas veces no tenemos nada claro de que le vayan a ser útiles. El otro tipo de empresas, son las que se olbidan por completo de sus clientes y ya nunca más se acuerdan de él y que normalmente eso sucede porque no tienen nada que ofrecer.
Entre las unas y las otras, está el fidelizar desarrollando a nuestro cliente. No hay venta más fácil, que realizar ventas a un cliente que en su día ya confió en nosotros. Debemos intentar mejorar nuestros servicios, ampliar la cartera de productos que se adaptan a nuestra actividad y/o clientes.
El objetivo final es seguir vendiendo, pero el tipo de venta que desarrollaremos es mucho más «científica». Necesitamos que vuelva a creer en nosotros tal cual lo hizo en su momento y eso nos obliga a seleccionar muy bien que le tenemos para ofrecerle y que podrá conseguir.
Si logramos cerrar un círculo, da igual que sector sea o a quien vendamos (particulares o profesionales) nuestra preocupación debe ser evolucionar con y para nuestros clientes.
Sobre el autor del artículo
Ll. Bosch
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